miércoles, 14 de octubre de 2009

Las Cuatro Pes de la Mercadotecnia y la P de la Pornografía. Primera parte.

Esta es la primera parte de un artículo que comencé a escribir en la materia de seminario de mercadotencia y pulí en el taller de lietaratura al que acuda.
Es posible que pronto aparezca en la revista Expansión o en alguna otra en la que aprecien bien mis ocurrencias, jeje. En unos días coloco la segunda parte.


Las cuatro Pes de la mercadotecnia y la P de la pornografía
— De una vez paso a la sexshop. Una cabina más y ya me den la película.
— Señorita, quiero ver esa película
— Okay. Las aventuras sexuales de caperucita roja ¿Qué quiere de tomar, Coca o Pepsi?
En lo que el cliente termina y se acaba el refresco de litro y medio, su esposa recibe en su casa a varias amigas y a una vendedora de productos sexuales.
— ¿Esto es un vibrador?
— Desde luego, es el mejor para estimular el punto G — responde la vendedora
— ¿Podemos probarlo? — pregunta una de las amigas de la anfitriona
En lo que las amigas dediden qué comprar, dos hijas de ellas se encuentran paradas frente a un aparador.
— Oye están muy padre tu gorra y tu playera — opina una niña de diez años.
— Pues es Playboy, me la compró ayer mi papá
— ¿En serio? ¿Cuánto cuestan?
— La gorra trescientos y la playera quinientos
Dos hijos que son muy amigos caminan por la feria de sexo que se celebra en el palacio de los deportes.
— Oye wey, ¿ya viste? Allá están regalando condones los de los celulares.
— ¿Y para qué los quieres? No tienes ni con quién. Ve, mejor hay que ir allá para tomarnos una foto con las actrices porno.
— No manches, hay un montón de gente.
— Compramos una revista y ya pasamos con ellas de volada.
Los anteriores diálogos fueron inventados y es difícil que en una familia todos sus integrantes concurran con la pornografía al mismo tiempo, sin embargo, situaciones iguales o muy similares pueden ocurrir en la realidad. Es sabido que cualquier persona ha estado cerca, en menor o mayor grado, de algún producto o servicio relacionado con el entretenimiento sexual. Tanto las promociones como la venta personal, las marcas y las ferias comerciales son asunto de la mercadotecnia, y ella, a través de su capacidad, ha logrado reinventar e incrementar las formas en que nos relacionamos con la pornografía.
La raíz de la palabra pornografía proviene del griego y hace referencia a la vida de las prostitutas. Hoy. sin embargo, es más que evidente que la pornografía en lo que se refiere a la industria, cuenta con profesionistas de todas o la mayoría de las áreas. Además participan hombres y mujeres y los actores o estrellas son los únicos que se desnudan y tienen sexo con otros actores.
La prostitución en la pornografía exhibe su éxito con algo tan evidente como que millones de personas pagan solo por ver a otros tener sexo. Al respecto:
“El voyeurismo es una conducta caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual (delectación voyeurista).”
Se conoce que hay personas exhibiocionistas pero a quienes no les gustaría cobrar por permitir que alguien los observe mientras están teniendo sexo. Esto origina un comercio alrededor del voyeurimo, y si se junta esa conducta con la prostitución con el fin de comprender una transformación puede decirse que la pornografía sería un voyeurismo sofisticado que depende de una prostitución más encantadora.
A su vez en la pornografía la contemplación de órganos y actos sexuales ocurre con una determinada actitud que, normalmente, tiene por objeto excitar a quien busca este tipo de materiales. Así, la pornografía se vuelve fácilmente una adicción para muchos, y por ende un negocio muy redituable.

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